Tomando el otro día un café con una de nuestras compañeras del Club, le comentaba algo a lo que le vengo dando vueltas hace ya un tiempo. Hablábamos de la publicidad del Club, de lo difícil que es convencer a la gente para que pruebe nuestro deporte, de la ilusión y de la satisfacción que nuestra penúltima (siempre, siempre será la penúltima, lo garantizamos) locura nos estaba regalando.
Se trataba de una conversación agradable, entre dos apasionados por un mismo deporte. Hablábamos de qué bien había respondido la gente a nuestra iniciativa, de que se lo están pasando bien con una espada, o un florete, en la mano. Estábamos contentos de lo que hacíamos, sí. Felices. Alegres.
Y en ese momento, le comenté que teníamos que transmitir el orgullo de pertenecer a nuestro Club. La filosofía que defendemos, su ideario, su personalidad es algo que tenemos que proclamar a los cuatro vientos, que tenemos que compartir con todo el mundo. Somos un atolón en un océano, somos un granito de arena en el desierto, una estrella en el cielo, sí. Puede parecer que lo que hacemos, y lo que es tan importante como ello, cómo lo hacemos, es insignificante y un poco trasnochado. Pero no lo es. Nuestra filosofía de Club, nuestra forma de entender el deporte, nuestra cerrazón a dejarnos vencer es algo que hay que dejar muy claro, que hay que gritar hasta quedarnos afónicos para que todo el mundo sepa que en nuestra tierra, en nuestra queridísima Albacete, aún hay algunos locos sueltos con ganas de vivir con los pies en la tierra y la cabeza en las nubes.
No podemos olvidar que mantener la afición a este deporte desde nuestra vertiente estrictamente amateur es muy duro. Hay que luchar contra la tiranía mediática del deporte rey, contra las eternas dificultades de espacio donde practicar el arte de la esgrima, hay que compaginar nuestra pasión con las exigencias de nuestra propia vida personal, ya sean laborales, familiares o de salud. Hay que decir que nos hemos dejado el tiempo, el dinero y las horas de sueño por mantener vivo un sueño.
Pero también hay que decir que las satisfacciones que este deporte nos aporta, la sensación de plenitud que nos transmite y el sabor a leyenda que imprime a nuestro vivir diario nos recompensa con creces de cualquier otro sentimiento de cansancio, de duda o de derrota.
Que nos gustaría poder transmitir a todo Albacete lo que la esgrima significa para cada uno de nosotros. Que no podemos expresarlo con palabras. Que hay que mirarnos a los ojos para leer en ellos todo lo que no somos capaces de decir.
A continuación propongo el que a mí me parece el mejor ideario de nuestro pequeño Club. Pero os animo a que lo completéis con vuestras propias aportaciones, con vuestras palabras, con vuestros sentimientos. Esas sentencias que, sin haberse escrito nunca, han ido conformando nuestra personalidad y nuestro genio. Vamos a ver si lo logro.
1. El Club de Esgrima Los Llanos es un Club para el mantenimiento y la promoción del deporte de la esgrima en Albacete. También es un sentimiento, una ilusión y un desafío.
2. El Club de Esgrima Los Llanos lleva a cabo todas sus actividades sin ningún ánimo de lucro.
3. El Club de Esgrima Los Llanos está formado por personas de cualquier edad y condición, que coincidan en la necesidad de disfrutar de la esgrima.
4. Por ello, el Club de Esgrima Los Llanos es un Club abierto a cualquiera. En nuestro Club cada persona elige el nivel hasta el que quiere llegar, el esfuerzo que puede realizar y el tiempo que quiere dedicar a nuestro deporte.
5. En nuestro Club, las personas que lo integran son más que deportistas. Son amigos con los que hacemos esgrima. Son lo más importante del Club.
6. Mientras dos personas quieran seguir haciendo esgrima con esta filosofía, el Club de Esgrima Los Llanos seguirá existiendo.
martes, 13 de noviembre de 2007
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Bienvenidos a mi mundo! Espero que os guste y podemas compartir experiencias y aficiones. Espero vuestros comentarios.