lunes, 25 de mayo de 2009

Rodaje de un corto en Chinchilla: EL RETORNO DEL MARQUÉS

Este pasado fin de semana, unos cuantos amigos nos reunimos en Chinchilla para rodar un corto sobre una historia que pudo haber sucedido unos días antes de la llegada del Reyes Católicos a la ciudad.

La noticia de la visita de Ysabel de Castilla y Fernando de Aragón atrajo a multitud de personajes hacia Chinchilla, y de muy distinta condición. Una más de las damas de la baja nobleza fue Blanca de Villena, apadrinada del Maestre de la Orden de Santiago, Alonso de Cárdenas. Éste mandó recado a su ahijada de acudir a la ciudad de Chinchilla. Doña Blanca marchó hacia la ciudad acompañada de su séquito y de sus escoltas, fieros caballeros santiaguistas, curtidos en mil batallas.
Pero la visita real también atrajo un alianza de malhechores: un guerrero enorme, con la cara siempre cubierta por una misteriosa celada y en cuyo escudo figura el emblema del primer Marqués de Villena, que comanda una horda de ex-soldados marquesinos expulsados de la fortaleza chinchillana por Ysabel de Castilla; un grupo de guerreros árabes, deseosos de venganza, escapados de las últimas derrotas propiciadas por el reyno de Castilla y Aragón a los reinos de taifas; y un grupo de rufianes, asaltacaminos y mercenarios liderados por ballestero sin piedad.
Entre todos, planeaban secuestrar a Doña Blanca de Villena para pedir un cuantioso rescate, algo muy común en el siglo casi dieciséis. Para ello no podrían reparos en pasar a cuchillo a todo el pueblo, si fuera necesario.




Pero el destino y el azar, que siempre juegan curiosas partidas de ajedrez, darán una oportunidad de torcer estos planes a las buenas gentes en forma de un muchacho, casi un niño, por estar donde no hubiera debido estar en el momento más inadecuado.

¿Aprovecharán Doña Blanca de Villena, sus guerreros, el pueblo llano que vive en torno a la fortaleza y los soldados de la Santa Hermandad que vigilan los caminos de Chinchilla esta oportunidad? ¿O caerán bajo el filo de la espada de la terrible alianza de malhechores?











Queremos agradecer a todos los amigos que han colaborado en darle forma a esta idea, especialmente a David y a Ana todo su esfuerzo y su buen hacer. A los amigos que soportaron la casi tormenta del sábado por la tarde y el sol de justicia del domingo su saber estar y su buen humor. Al ayuntamiento de Chinchilla por dejarnos rodar en su bello pueblo. Al grupo de Teatro de Chinchilla por prestarnos algunas vestimentas. Y a todos los que nos animaron a pesar de lo difícil que parecía darle forma a esta idea con presupuesto cero y sin ánimo de lucro. Y muchísimas gracias a los amigos que vinieron desde Alicante, Villena, Alcoy y Onteniente, por todo lo anterior y por la panzada a kilómetros que se tragaron.

A todos, muchísimas gracias.






Y gracias a Pedro y Sandra que demostraron que es falsa la frase de “no se puede rodar con niños”. Ambos interpretaron perfectamente, y ambos se portaron genial. Pero, sobre todo Pedro que tuvo más escenas y al que más de una vez vimos concentrándose para meterse en el papel que nuestro director le iba pidiendo. Pero qué bien lo hizo el condenaó del chaval. Hay que reconocerlo.

viernes, 22 de mayo de 2009

Preparando nuestra boda. Cursillo prematrimonial( y 4)

Bueno, pues ayer tuvimos la suerte de que nuestro ponente en la charla –que no sabemos exactamente a cuál correspondía de las que están programadas- fuera, ni más ni menos que Javier.

Javier es el cura al que le hemos pedido que nos case. Así que, antes de hablar de la charla, hablaremos de él.
Javier ha sido mi cura de referencia durante toda mi vida. También ha estado presente en la de Raquel, aunque en menor medida. Javier es un cura escolapio de Gandía, que vino un tiempo a Albacete a trabajar y aquí se ha quedado con nosotros. De vez en cuando se nos escapó a Castellón, a Valencia, a Nicaragua, pero siempre ha vuelto.

Javier es el máximo exponente de aquel anuncio de una tónica que decía “la odias o la amas”. Pues eso. Con Javier no hay medias tintas. Es como es y le queremos por eso. Por eso y por todo lo que nos ha enseñado. Él es el que nos ha enseñado a ser felices, creo yo. Cuando tuve que pasar la experiencia de la diálisis, fueron sus palabras las que me apoyaron a la hora de afrontarlo. Cuando tuve mi peor crisis existencial, de nuevo fueron sus enseñanzas las que resonaron en mi mente para devolverme la esperanza (que pasó por volver a servir a los jóvenes con mis palabras y mi historia). Ha sido el que me ha enseñado a vivir la fe con alegría. A darme cuenta que tengo una historia y que esa historia es la que me ha ido forjando como persona. Y también a aceptarme y a quererme como soy, no a pretender cambiarme o a vivir amargado.

La charla fue una disertación psico-pedagógica que yo –concretamente- le habré oído en mil ocasiones. Ay, Javier, Javier.
Y siempre aprendo algo nuevo. Era muy, muy interesante, sobre la necesidad de entender que en la pareja no somos “medias” naranjas, si no personas completas que se entregan en esa plenitud de cuerpo y alma, libremente y por su propia voluntad. No porque esperemos que la otra persona nos pueda hacer felices sino para aprender a ser felices juntos.

Nos habló del componente psicológico de la persona, de las necesidades que cada uno debe tener cubiertas para alcanzar la satisfacción mental –seguridad, afecto y valoración- y de los peligros que implica no alcanzarlos, de la frustración vital que esa insatisfacción conlleva, y de cómo puede afectar a nuestra vida en pareja.

Dijo muchas cosas, pero me queda con una en especial. “Una pareja no puede estar mirándose continuamente el uno al otro –eso es de tontos-, si no que deben mirar los dos en una misma dirección: tener un proyecto común de vida”.

jueves, 21 de mayo de 2009

Preparando nuestra boda. Cursillo prematrimonia (y 3)

El tema del miércoles fue la comunicación. Otro matrimonio fue el encargado de tratar un tema tan bonito y a la vez tantas veces escuchado.

Para mí, es muy difícil de mantener la atención en este tema. Demasiadas veces, quizás, me han hablado de la comunicación, de la asertividad, del lenguaje corporal. En el instituto, en la Facultad, en decenas de cursos sobre actividades juveniles, solidarias o deportivas. En el CAP o en el curso de Formador Ocupacional. Por eso, el hecho de conocer al chico que nos los impartió de haber compartido ya algunas Pascuas y otras experiencias con sus hijos –lo que nos ha llevado a no ser unos perfectos desconocidos, precisamente- me ayudó a no afrontarlo con cansancio, sino con respeto, atención y, porque no decirlo, un poco de complíce camadería. Simplemente porque conocía a la persona que lo iba a dar y porque lo aprecio.

Fue un tema muy interesante, muy agradable. Coincidimos Raquel y yo, plenamente, en que la comunicación es un tema de dos, no de uno. Por mucho que uno sólo –o una sóla- se esfuerce en ser agradable, en preguntar, en ofrecer puentes a la comunicación en pareja, si la otra parte no quiere o no sabe, o no le apetece comunicarse, lo que habrá no podrá ser llamado comunicación, ni diálogo.

Y la comunicación en un matrimonio es importantísima. En todos los sentidos y facetas, en todo momento. Y una comunicación cariñosa, cortés, cuidada en las formas, sin medias tintas. Creo que comunicarse así es también evangelizar. Y si no empezamos en casa…. Muchas veces he perdido la paciencia con mi madre, por ejemplo. No importa quien tuviera o no razón, qué más da. Si alguna vez la tuve, la perdí en el momento en que decía algo totalmente fuera de lugar o con un tono inadecuado. Quiero pedirte perdón, mamá por ello. Lo siento, de verdad.

¿Veis? Incluso del tema más inesperado puedes aprender algo. De una charla sobre un tema en el que creía ser un experto saco en conclusión que aún me falta muchísimo por aprender.

Estas charlas están siendo, desde nuestro humilde punto de vista, muy, muy útiles. Queremos dar las gracias públicamente a la parroquia de San José y al grupo de matrimonios de esta parroquia por el estilo con que están enfocando el cursillo prematrimonial. Estamos aprendiendo un montón de cosas.

Gracias, de corazón.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Preparando nuestra boda. Cursillos prematrimoniales, segunda sesión.

Si decía en la entrada anterior que el lunes nos gustó mucho la charla que nos ofrecieron en los cursillos prematrimoniales, debo decir que la de ayer nos encantó.

Y fue porque nos ofrecieron lo que eché en falta en la primera: espiritualidad. El matrimonio que, en esta ocasión, nos habló tenía que habernos darnos la charla correspondiente al tema del Sacramento del matrimonio. Pero decidieron darnos otra, y al final, las mezclaron y salió algo muy iluminador.

Resumiendo: desde su propia experiencia de vida y de fe, nos testimoniaron cómo el matrimonio, la unión de dos personas que se quieren y que quieren compartir sus días con sus noches, cama y macarrones –como decía Serrat-, puede convertirse en un signo de amor. Como una pareja puede hacer extensivo su forma de quererse a los demás, a través de su forma de comportarse y de ser, sin forzar situaciones ni emprender grandes empresas que –a nosotros, desde luego- se nos quedarían grandes. Pero que sí vamos a poder intentar expresar la fe que sentimos como pareja, que vamos a poder probar a hacer algo que valga la pena.

Me gustó mucho. Recuerdo que mi pensamiento mientras nos hablaban de todo esto era: “ya no voy a estar sólo”. A partir de ahora, la lucha será compartida. El esfuerzo de cada uno será sobrellevado entre los dos. Me gusta. Me gusta mucho.

Y además, nos reforzaron en nuestra forma de entender lo que estamos haciendo y cómo lo estamos haciendo.

Aviso para navegantes: ésta es nuestra manera de vivir esta experiencia. Cualquier otra forma de entenderlo es tan buena, tan sincera y tan tierna como sus protagonistas quieran vivirla.

Creedme –si que hay alguien que lea este puñetero blog- cuando os digo que nos ilusiona mucho más encontrar unas lecturas con las que identificarnos ese día y unos cantos que signifiquen algo para nosotros y que todo el mundo pueda cantar, que cualquier otra cosa. Que también haremos, claro.
Pero es que no es eso lo que nos importa.

Si alguien sólo pudiera acompañarnos en algo, sin dudas le diríamos que en la ceremonia. El resto lo entendemos como añadidos. Importantes, pero añadidos.Pero lo que realmente nos importa es el rito, la ceremonia, el hecho de hacer público nuestro compromiso, ante Dios y ante nuestros seres más queridos y más cercanos. Queremos que sea una ceremonia sencilla, lo más participativa posible y sobre todo… muy alegre. Créednos si os decimos que hubo un momento en que creímos, por razones económicas y organizativas, que sólo podríamos hacer eso: casarnos y prescindir del convite y del viaje de novios y que nos dimos cuenta que no nos importaba. Y nos dimos cuenta que lo único que queríamos era casarnos.

Pues ayer nos reafirmaron esta forma de pensar.

martes, 19 de mayo de 2009

Preparando nuestra boda. Cursillo prematrimonial.

Nos casamos.

Raquel y yo hemos decidido que queremos vivir juntos, que queremos compartir nuestros días con sus noches.

Y como los dos somos o queremos ser cristianos, y que la nuestra sea una familia cristiana, nos casaremos por la Iglesia. Eso es algo que jamás hemos dudado. Somos personas de fe, y como tal, queremos comprometernos ante Dios, y ante nuestro pequeño grupo de hermanicos, familiares y amigos más íntimos.

Cuando surgió el tema de los cursos prematrimoniales, no lo dudamos tampoco. Si queremos casarnos religiosamente, tenemos que hacer los cursos prematrimoniales. Y punto.
Nos surgió la oportunidad de que “nos los firmaran”, pero no nos pareció bien, ya que no queremos empezar nuestra vida en común con atajos y con actos de cara a la galería. En nuestro corazón sabríamos que no lo habríamos hecho bien.

La verdad es que nuestra boda se ha ido acoplando, en fechas y en todo lo demás, ella sola. Pillamos la primera iglesia que tenía una fecha que nos molaba –la Parroquia de San José, en Albacete- y, curiosidades de la vida, fue también la que impartía los cursos en fecha propicia. Pues mira, miel sobre hojuelas. Además, Javier, el cura, nuestro cura, el que –si puede ser- nos va a casar, está destinado en esta parroquia temporalmente. Si es que no se puede pedir más.

Ayer fue el primer día de los cursos, y la verdad es que la reunión nos gustó. La charla fue amena, la pareja encargada de impartirla este primer día era muy simpática, y el tema era interesante: las relaciones de la pareja recién casada ya sea entre ellos, con la familia e incluso con los amigos.

Es cierto que eché en falta un poco más de espiritualidad, no sé. Algo más profundo, con más sentido teológico. Nos dijeron que la familia es la base de la Iglesia, sí, pero eso ya lo he oído, y tampoco lo desarrollaron demasiado. Bueno, la verdad es que lo desarrollaron muuuy poco para mi gusto, pero supongo que no era ni el momento ni el lugar más adecuado para ello.

Porque a pesar del bajón de fe que me ha marcado durante el pasado año, siento que lo que vamos a hacer me está volviendo a despertar el corazón. Mi espíritu empieza a moverse otra vez, me vuelven inquietudes, me apetece volver a celebrar la Eucaristía con la Comunidad Semilla. Incluso me empieza a rondar la idea de hablar con un par de parroquias a ver si puedo volver a colaborar en alguna de ellas con catequesis de confirmación. Y este despertar está surgiendo a raíz de la decisión que hemos tomado de casarnos. MOOOOOLAAA.

No sé, para integrarme en un grupo de matrimonios con Raquel, preferimos seguir con nuestra Comunidad, eso lo tenemos claro. El año que viene, me dejaré libres los viernes para poder asistir a las reuniones que nos apetezcan. No digo que no asistiríamos a alguna reunión, por curiosidad o por cortesía, si fuéramos invitados a algún grupo de matrimonios, pero no es algo que creo que ahora mismo necesitemos.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, los cursos prematrimoniales, creo que nos va a gustar la experiencia. Lo normal, por lo que me han comentado amigos y familiares que los han hecho, es que la peña se los tome como un rollo.

Pues a nosotros nos están gustando, mira.

miércoles, 6 de mayo de 2009

¡¡¡Jaus lleva un año viviendo con nosotros!!!

Hace ya un año que adoptamos a nuestro perrito. Hace ya un año que se convirtió en un miembro más de la familia. Creo que ha sido una de las mejores decisiones que hemos tomado nunca.

Decidimos adoptarlo del Arca de Noé porque creemos que es indecente gastarse un pastón en comprar un perro en una tienda de mascotas cuando en las instalaciones de la protectora decenas de animalitos están esperando a ser adoptados. Además, nos gusta que Jaus no tenga pedigree, porque es perfecto para nuestra familia.

Jaus ha demostrado ser muy tierno y cariñoso, muy listo, muy, muy cobarde, y muy juguetón. Es verdad que es impagable la compañia que hace un perrito; es muy agradable volver a casa y, en lugar de encontrarla vacía, tener a Jaus al otro lado de la puerta esperando para saludarnos a su manera.
Jaus ha conquistado a todo el que se le ha puesto cerca. No sabemos si es por esa carita de perrito abandonado, por lo pronto que busca acomodarse en el regazo de quien más cerca está, yo que se.
Es un perrito muy bueno, que ni es destrozón, ni escandaloso. Nos hace mucha gracia verle caminar hacia su cuna con sus juguetes en la boca, dispuesto a esconderlas en cualquier lugar de la casa.

Hoy queremos dedicarte este momento a tí, nuestro perrito. Te queremos, bicho.

Hola a tod@s!

Bienvenidos a mi mundo! Espero que os guste y podemas compartir experiencias y aficiones. Espero vuestros comentarios.